jueves, 4 de diciembre de 2008


El Callao en procesión

La relación del Callao con Héctor Lavoe empieza a finales de los 60 cuando la Salsa llegaba en los barcos al primer puerto. La euforia desatada por el dúo que el cantante formaba con Colón era indescriptible y toda la ciudad chalaca salía a las calles para bailar los cánticos de Héctor. Desde que vino a Lima, la relación amorosa entre el puerto y "El loco" fue inmediata. Un busto a su memoria, imágenes en las calles y las banderas del Boys, y las oraciones masivas que cada año se realizan por la fecha de su muerte, son prueba de ello.

jueves, 27 de noviembre de 2008

De Ti Depende
(Canta: Héctor Lavoe)

Enamorado estoy, de un imposible
confunde mi pensar la vana espera
voy viviendo de ilusión y fantasía
esperando un amor que nunca llega.
Ampárame señor, ¿por qué me dejas
que yo siga insistiendo en su cariño?
si sabes a conciencia que es absurdo
y que jamás yo lograré tenerla.
Tú que tiendes poder se complaciente
y ayúdame a olvidarla te te lo ruego
en tus manos yo pongo mi dilema
de ti depende si me salvo si me pierdo. (2x)
~
De ti depende Dios, de ti depende.
Dependeeee....

martes, 25 de noviembre de 2008

El cantante de los cantantes

DE SALSA Y DE ESQUINA

Mañana Héctor Lavoe cumpliría 60 años si sus tragedias personales, la droga y el sida no le hubiesen impedido cantar su último son. A 13 años de su muerte, es venerado en los barracones chalacos y uno que otro imitador intenta perdurar su recuerdo

Al séptimo día, al finalizar su sexto y último concierto en Lima, dicen que Héctor Lavoe descansó y descendió a los infiernos. Se largó a recorrer las esquinas del barrio más sonero del Perú; se fue, vagabundeando, a los barracones del Callao. Visitó sus bares; disertó, para quienes quisieron escucharlo, sobre penas que hieren muy hondo (1); cantó para los más, brindó con caña y fabricó su orgía.
La orgía Lavoe es una fórmula que se obtiene mezclando canciones que se regocijan en el dolor humano, sin dejar de lado el baile y soneo. La tristeza también se menea. Por eso, las mujeres que en 1986 asistieron a su concierto en la fenecida Feria del Hogar le suplicaban que cantase "Triste y vacía" y "Periódico de ayer". Las letras son de otros (2), pero solo él tuvo la voz necesaria para inyectarles dosis precisas de tragedia y de salsa. No se olvide también que para cantar a la gente, su gente (3), había que tener autoridad moral.
"El día de mi suerte" es un retrato casi fiel de su trágica vida. Héctor Juan Pérez Martínez, su nombre real, perdió a su madre a los 3 años; luego a su hermano Luis Ángel, su suegra fue asesinada, su padre moriría de un paro cardíaco en 1987 y, poco tiempo después, su hijo Tito fallecería por el disparo accidental de un amigo. Se hundió en los brazos traicioneros de las drogas y su suerte no cambiaría ni siquiera antes de su muerte, como reza aquella canción.
Cuando Lavoe cantaba "Juanito Alimaña" no se ponía en duda que conocía lo que pregonaba. Rubén Blades entona "Pedro Navaja", pero nadie lo alucina con puñal en mano, el diente de oro no se ve brillando. El panameño es un sociólogo musical de la calle, pero Héctor era un genio del son aprendido en la universidad del barrio y también, en palabras del cronista Eloy Jáuregui, "un tenor de esquina, de todas las esquinas".
Cuentan que 'La Voz' llegaría también a El Bigote, un bar abierto hace 32 años en una esquina de la avenida Dos de Mayo, según Daniel Juárez, uno de sus dependientes. "Aquí vino y la gente se amontonó afuera", cuenta Daniel. "Se tomó una foto con todos los que estaban ese día, pero la foto se malogró con la humedad". Lo mismo dicen que pasó con la única fotografía que se tomó Sarita Colonia. Así que esta leyenda es verdad para quien tenga ojos, oídos y quiera creer. Mito.